La fortaleza de la #economía frente a la ocupación del parlamento americano

“Al margen de vaivenes políticos, al margen de la preponderancia de corrientes populistas o extremistas en varios países occidentales…el sector privado de las economías desarrolladas será el que equilibre desajustes irracionales coyunturales. Sin duda, un aval y una garantía muy tranquilizadora para cualquier democracia”

Madrid, 15 de enero del 2021.-  ¿Cómo reaccionó el Dow Jones al asalto violento del Capitolio Americano el pasado 6 de enero?. Este índice bursátil marcó un nuevo máximo histórico, alcanzando los 30.829,4 puntos con un incremento del 1,44%. El S&P 500 subió un 0,57% en la sesión y se situó en las 3.748,14 unidades, mientras el Nasdaq 100 cayó un 1,4% hasta los 12.623,35 puntos.

¿Quiere esto decir que le economía da la espalda a la realidad?. Ni mucho menos, pero los índices bursátiles son termómetros que miden más la temperatura/salud financiera de cada país a futuro. De hecho los analistas diagnosticaron el pasado día 6 de enero: 

“El selectivo Nasdaq 100 ha sido el peor parado. Los inversores anticipan que un poder parlamentario de los Demócratas se traducirá en un mayor control sobre las empresas tecnológicas (especialmente las big tech), las cuales vivieron el pasado año un auténtico rally bursátil. El índice tecnológico se situaba así bajo los 12.600 puntos. Unos recortes que, si se atiende al análisis técnico, no deben preocupar: los soportes clave están más abajo. “Para que se pongan en jaque las posibilidades de seguir viendo mayores alzas a corto plazo y haya signos de cierto agotamiento comprador lo mínimo exigible es que se pierdan soportes como son los 12.470 y sobre todo los 12.225 puntos”. “Es difícil que veamos caídas sostenibles en el mercado norteamericano”, asegura Joan Cabrero, asesor de Ecotrader”. 

Respecto al mercado de deuda y cotización del dólar, la fotografía fue la siguiente: “En la renta fija, el bono de EEUU a diez años (Treasusy) ve cómo su rentabilidad crece en el mercado secundario desde la madrugada. Supera el 1%, algo que no sucedía desde marzo, es decir, desde antes de la crisis del coronavirus. Asimismo, el dólar cede terreno frente al euro. La moneda única escala unas cuatro décimas y supera los 1,23 ‘billetes verdes’, moviéndose en máximos no vistos desde abril de 2018”.

Biden y los intereses de las constructoras 

El próximo 20 de enero el demócrata Joseph Robinette Biden Jr, 76 años, será el presidente de los Estados Unidos número 46. Y su política económica será diferente a la de los últimos cuatro años. No sabemos si mejor o peor, si más o menos liberal, si menos proteccionista con bajada de aranceles a los productos del resto de países. De momento, los analistas le dan mucho “crédito”: 

“Las perspectivas de un mayor paquete fiscal de ayudas, más regulación corporativa y más impuestos para compañías y grandes fortunas favorecen a algunos sectores bursátiles y perjudican a otros. En general, los expertos señalan a los valores cíclicos, de energía verde, financieras, biotecnológicas y de infraestructuras como los grandes beneficiados de la ‘ola azul’, mientras que defensa, farmacia y tecnología serían los perdedores. Los inversores esperan que el control del Senado obtenido por Biden le permita sacar adelante un mayor gasto en infraestructuras para impulsar a la primera economía mundial, devastada por el Covid-19. El programa de infraestructuras no pudo salir adelante durante el mandato de Trump precisamente por la falta de acuerdo entre demócratas y republicanos en el alcance e importe del mismo. El nuevo escenario beneficia a las empresas constructoras. Según los expertos, se verían impulsadas todas las españolas que operan en EE UU: ACS, Sacyr, OHL, Ferrovial o FCC. También algunas relacionadas con materiales con operaciones en el país, como Acerinox y AcerlorMittal. Igualmente, sacan partido las compañías de energías renovables. Entre ellas, Siemens Gamesa y Solaria. También Iberdrola y Acciona, que están muy bien posicionada en renovables en EE UU”.

La iniciativa privada en cualquier país es la que crea el empleo y la riqueza para la gran mayoría de los ciudadanos. Las Administraciones Públicas tienen un menor peso con sus ofertas de empleo público. Y después, la otra forma de ganarse la vida es crear tu propia empresa, ya sea como autónomo o como emprendedor con una sociedad limitada. 

Recuerdo estas circunstancias porque, al margen de vaivenes políticos, al margen de la preponderancia de corrientes populistas o extremistas en varios países occidentales…el sector privado de las economías desarrolladas será el que equilibre desajustes irracionales coyunturales. Sin duda, un aval y una garantía muy tranquilizadora para cualquier democracia.